viernes, 25 de diciembre de 2009

LAS MONTAÑAS DE LA LUNA; EN BUSCA DE LAS FUENTES DEL RIO NILO.

Esta lectura nos menciona todos los obstáculos a los que se debían enfrentar los exploradores marineros del siglo XIX.
La lectura menciona una serie de lugares los cuales los marineros exploraron pero hace mención al continente africano
En 1849 Sir Charles Malcolm, Superintendente de la Armada India y William John crean una solicitud en la cual se ofrecían para explorar el continente africano.
Para ello el Dr. Carter de Bombay accede a dirigir la expedición.
En 1851 muere Charles Malcolm, fue un gran impulsor de expediciones de descubrimiento geográfico.
En 1851 se retoman los trámites para llevar a cabo la exploración de África Oriental.
En 1854 se envía otra solicitud al Cuerpo Directivo.
William Stroyan se une a la exploración, así como el teniente J. H. Spe la exploracion fue autorizada.
Pero la sociedad de Adén puso mil inconvenientes a semejante expedición argumentando que era en extremo peligrosa, por lo que el teniente recibió la orden de trasladarse a Berbera, donde no se preveía el menor peligro.
El 16 de enero la expedición se puso en marcha. Dos días después llegaron a Kajjanjieri. Allí, el autor enfermó y fue necesario persuadir a 4 individuos para que lo transportaran en hamaca, ya que presentaba una dolencia y una especie de parálisis.
El 21 de enero llegaron a Sagoai, en otro tiempo provincia principal de la Tierra de la Luna, y una de las divisiones más importantes y civilizadas de la región. Sus habitantes son gentes de hermosa raza que tienen sobre sus vecinos una notoria superioridad.
El 31 de enero después de haber pasado la noche en Rucunda, llegaron a la llanura de Malagarazi. Allí tuvieron que convencer con regalos a Mzoguera, dueño y señor del río. Al día siguiente se les permitió acampar en Guapa. Finalmente, el 4 de febrero llegaron a la orilla derecha del río en el distrito de Mpeté.
Es allí donde se encuentra la comarca cuyo nombre da lugar al título de esta lectura. Es un lugar de apacible belleza y de gran riqueza y abundancia. La Tierra de la Luna está repartida entre una multitud de jefes ínfimos con poder hereditario y derecho de vida y muerte sobre sus súbditos.

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